Cuando un test nos resulta positivo pasamos un mal rato, ya que nunca es agradable comunicar a un cliente que su gato tiene esta enfermedad, ya que hay vínculo emocional importante con su cuidador, y en ese momento se nos rompe el alma.

¿Por qué se ha contagiado?

El virus de la leucemia felina se transmite vía uterina directamente al nacer, o por saliva, heces, orina y leche de cualquier gato positivo que elimine el virus, por esto se pueden contagiar si comparten los cuencos de bebida y comida.

Los gatos adultos son más resistentes a la infección aunque no estén vacunados, pero cabe la posibilidad de que se infecten si la carga viral es alta o si sus defensas no son optimas.

¿Qué síntomas puede desarrollar mi gato?

Los gatos positivos pueden permanecer sanos durante un tiempo relativamente largo (hasta 3 o 4 años). En algunos gatos los signos pueden ser leves y pueden pasar por una viremia transitoria o infección regresiva. En estos casos se recomienda realizar las pruebas cada 6-8 semanas.

En los gatos que sufren infecciones progresivas pueden manifestar:

-neoplasias (linfoma, leucemia, otras).

-enfermedades hematológicas no tumorales.

-síndrome de inmunodeficiencia (infecciones y enfermedades oportunistas, respiratorias, cutáneas o gastrointestinales).

-enfermedades inmunomediadas (glomerulonefritis, uveítis, poliartritis, anemia hemolítica).

¿Qué le espera a mi gato?

El pronóstico de los gatos enfermos con viremia progresiva es grave y mortal.

En los casos donde ya el veterinario ha detectado que tiene linfoma suele tener unos 3 a 6 meses de esperanza de vida.

Si tu gato es positivo al virus pero está sano, la esperanza de vida es variable entre 1 y 3 años. Incluso en algunos casos se ha documentado supervivencias más largas.

Por este motivo recomendamos que todos los gatos sean testados cuando son cachorros ya que tomaremos las medidas preventivas necesarias para que su vida sea lo más larga y feliz posible.